Mentes Desordenadas

Abrid la puerta y pasad. Estáis en un lugar donde podéis expresaros de una forma diferente. No hace falta que cobre lógica o tenga sentido, mis pensamientos se contradicen entre ellos librando constante batallas. Si deseas sentir, leer algo que no este carcomido por el interés o simplemente escuchar, da un paso y deja de razonarlo todo. Te invito a mi mundo desordenado, donde encontrarás pensamientos que perdiste bajo la cama de tu mente, sueños escondidos entre las páginas de algún libro y el impulso de una boca entreabierta, que aún no encontró su palabra. Bienvenido.

lunes, 17 de diciembre de 2012

Una brisa de alivio

Transcurren los días,

como un tic tac va consumiendo horas

me quedo mirando la puerta despacio,

mientras analizo si ha cambiado algo.



El dolor es ligero,

porque he evitado remover el duelo,

pero aún recuerdo tu mirada entre las sombras,

y la frialdad que se apodera de mi espacio.



Una brisa de alivio,

me consuela y remueve mi ser,

una brisa de alivio,

al saber que puede ser.



Me faltan respuestas,

de porque observas desde tu ventana,

porque te aferras a canciones tristes

cuando antes no te importaba nada.



Se arrodilla la luna,

indulgente ante nuestras figuras,

parece reírse de nuestro destino,

y observarte cuando estas a oscuras.



Una brisa de alivio,

me sugiere que no pierda le fe,

una brisa de alivio,

que me impide volver a creer.

martes, 13 de noviembre de 2012

Una Copa


Una copa,

y embriagar a mi mente por segundos,

y recordar el dulce sabor de tu boca,

de los amantes que se muestran taciturnos.



Elegante,

imagino tu visita ante mi puerta

desnudando cada momento con tus dedos

desvistiendo con tus ojos cada calle.



Y me emborracho,

para apoyar mi espalda helada

contra el suelo,

para inhalar cada cigarro de mi alma,

para imaginarte cada noche

entre mis versos.



Y caen poetas,

cuando pierden la palabra en su cuaderno,

enajenados por la tinta,

encadenados a sus letras.



Y caigo yo,

entre el vino, la cordura y la insolencia

narcotizada por tu aroma,

anestesiada sin tus besos.

jueves, 20 de septiembre de 2012

Sesenta Días




Llegó la hora de bajarte del altar. De romper la burbuja en la que permaneciste en letargo, para envolver de seda mi angustia, para no olvidar tu recuerdo, aunque este me hiciera daño.


Sesenta días después.

Y en este acartonado momento, en que decido abrir los ojos, me bebo una copa de whisky barato, y escojo el más caro, para curar esta herida.

Desalojo el cemento con un azadón, y elijo este día, para romper las figuras de este anticuario, en el que se ha convertido lo que se trataba de amor.

Aunque hoy escueza, derribo la escarcha y el yodo que resbala por mis piernas, apunto maneras y modos, y me libero del pánico a que algo te duela.

Demasiados perdones acumulados, tantos que carecen de sentido, demasiados porque solo uno cuenta, porque solo uno, debería haber valido.

Sesenta días después, sigo esperando el mío.

Y no borro ni mis errores, ni mis defectos, ni los ignoro o elimino, pero me cansé de señores que me apuntan con el dedo, de juicios y opiniones, que siempre fueron paralelos.

Y tú, en tu portal de Belén, donde todo es bondad y sacrificio, construyes un edificio en honor a tu humildad, pero careces del coraje necesario para aceptar el sufrimiento ajeno, y oprimes el vendaje, tratando a tus ojos como si fueran necios.

Sesenta días después, mi espera no espera nada, y asomada a la ventana, entre el refugio y el vacío, contemplo una falta de cortesía, que entre trajes y sastres, perdiste en tu abrigo.

Sesenta día después, cuando el dolor ha menguado un poco, como una luna dormida, tu actitud me sirvió para saltear escollos, para emprender el camino que hoy se fragua, donde habita tu bendita ignorancia, donde no hay culpa, ni ayuda, tan solo tu maldita templanza a la que yo llamo cobardía.


Sesenta días después, es una buena fecha para cerrar el ciclo.

Sesentas días después, se cierra el telón de este absurdo circo.




lunes, 10 de septiembre de 2012

Princesas y Caballos

Me dijiste:
``siéntate en mis rodillas´´
y yo lo hice desconfiada,
pero con ganas de cumplir un sueño.

Me relataste un cuento
de princesas y caballos,
de abrazos y besos,
de un amor inalterable con los años.

Ahora te tengo enfrente
y mirándote a los ojos,
apenas te reconozco.
Me hablas diplomáticamente
como un político con un discurso,
con palabras que no controlo.

Y paso a ser una niña que odia los regalos,
que se levantó por la noche a escondidas,
que se topó con los reyes magos.

De un empujón,
caí de tus rodillas, choqué contra el suelo.
Bajo mi cuerpo dolorido, mi alma te suplica
que hagas memoria en tu relato.
Y tu reniegas de ello,
como si fueran invenciones mías,
de una loca trastornada y tozuda,
como si se tratase de una bruja
que juega con ranas y sapos.
Como si necesitara príncipes sin valentía
que luchan con muñecas de trapo.

viernes, 24 de agosto de 2012

Pasado Imperfecto


Pasado imperfecto,

como conjugación obcecada

de un ambiguo relato,

que ahora escribo y repito,

sin poder estudiar.



No sé conjugarlo

y me paso las noches haciendo

ejercicios, añadiendo sufijos,

ensayando en voz alta,

lo que aprendí de memoria

y no pude cambiar.



Ortografía indebida,

palabras obscenas sin acentos correctos,

que hacen de una frase, el antónimo

más grande, que nadie dijo jamás.



Predicados sin verbo,

sujetos perdidos que buscan un hecho,

el eslabón escondido entre nombres

y anexos, al que llaman Amar.



miércoles, 22 de agosto de 2012

Auto Operación


Apoyo mi espalda en la camilla,
mientras busco el material quirúrgico,
brota la anestesia en mis costillas
me aproximo al momento místico.

Entre la conciencia y el éxtasis
introduzco el índice en mi herida,
no sé si duermo o sufro parálisis,
supura la infección de mi vida.

Se derraman las lágrimas,
mientras confundo el acongojo
con el desvanecimiento,
y busco una aguja,
capaz de atravesar el miedo.

Curadas mis llagas y cerrados mis cortes,
la tirantez de la costura me impide moverme.
No escuece, no existen brotes,
la narcosis se desvanece,
el dolor ocupa su espacio.

El fluorescente atraviesa mis pupilas,
incorporo mi cuerpo y resbalo en el cuarto.
La cura me fustiga,
soy incapaz de dar un paso.

Apoyo de nuevo mi espalda,
apuro el tiempo en letargo,
me deshago de cada uno de mis puntos,
mientras el aire recorre mis llagas,
y apago la luz del pasillo
que me persigue como un fantasma sin rumbo.

Que me duelan hasta escocer, pienso,
pues soy un cuerpo libre lleno de marcas.
Y mi auto quirófano se llena de sueños,
de relámpagos que abren ventanas.









miércoles, 25 de julio de 2012

Crucifixión



Arañazos y pinchazos
que sumergen de mi blanca espalda,
como huellas persistentes
de un mal porvenir.

Envasando al vacío
errores de una conciencia insana,
son los tupper inservibles
de unos postres sin digerir.

Ya he pasado la crucifixión
y horas de un sentido incierto,
ahora toca la resurrección
aplacar un fuego inmerso.

Que llegó a quemar las brasas
de este fatídico edén.
Que aplacó esperanzas ante
un cuerpo expectante de arder.

Impregnados los recuerdos
surge un sentimiento explicito,
la agonía de un lo siento
que no tuvo peso, ni fin.

Introduce los cristales
que rocen mi corazón vampírico,
maldiciones de un gurú
que se harto de verme feliz.

Ya he pasado la crucifixión
y horas de apuntalar muñecas,
hoy los clavos rozan el talón,
se abre un rayo entre la niebla.

Corre aprisa se parte la cruz,
creo que aparecen grietas,
huye lejos cierra aquel baúl,
de perdones y de enmiendas.

Cubre de ungüentos y de sueños
cada parte que vuelva a doler.
De un perpetuo remordimiento
surge un aliento y vuelvo a nacer.

miércoles, 25 de abril de 2012

Carta Seis



Cierra los ojos, me gritas, mientras saltamos por los tejados, y yo nunca te he confesado mi miedo a las alturas.


Corres como un loco persiguiendo cada gota de lluvia, mientras las losetas se humedecen, pero tú no entiendes dudas, ni pereces en las caídas.

Y yo, dos metros tras de ti, te sigo como si fueras una doctrina, hundiendo mis pies en el fango, me impulso en los bordes para coger carrerilla.

El alcantarillado bombea agua a una velocidad descontrolada, como una boca hambrienta de pasión y de aventuras, como un monzón inesperado que arrasa cada voz indecisa.

Y me apodera el pánico, apunto de estallar de mi garganta un grito de socorro, me quedo afónica e incrédula, y con los mismos ojos de un animal desvalido, luchando por superar esos dos metros que nos separan, me agarro a tu espalda y te confieso.

``Mis sandalias escogidas resbalan más que tus locuras, yo si tengo miedo´´, y agacho la cabeza por vergüenza, escondiendo la rojez de mis mejillas, que ejercen más luz que cualquier relámpago que se pose sobre nosotros.

Si tuviera tu decisión, no habría ladrillo empapado que no aguantara mi peso, no habría fachada de arcilla imposible de escalar, ni quedarían callejuelas inundadas que recorrer con mis pies al desnudo, pero yo si albergo ideas sin salidas, angustias que a veces me visitan, llamando a la puerta por sorpresa.

Adviertes en mis ojos una verdad contradictoria, un puedo pero no quiero, un quiero pero soy estatua, un instinto en estado de coma, drogado por analgésicos, que me he administrado de forma sistemática, a veces siguiendo criterios y otras sin razón aparente, ni causa.

Corta el goteo de esta entusiasta sonámbula y devuélveme a la realidad de los sueños. No necesito zapatos, ni arnés, tan solo echo de menos mis alas.

martes, 21 de febrero de 2012

Cinco Minutos




Se apagan las luces, y mi espalda toca paralelamente el suelo… estiro fuertemente las piernas, o me encojo y me balanceo sobre mi misma, es igual, son cinco minutos, cinco minutos en que la música te invita a soñar, a cerrar los ojos, a dejar la mente en blanco.. Cinco minutos donde la única obligación que tienes es ninguna.
Sé que no estoy sola, al lado siento a mi compañera, pero me es igual, porque me reconforta la sensación de saber que ella también tiene la ventana abierta para dejarse ir.


Cierro los ojos, a lo lejos solo distingo el cantar de los pájaros, y el sonido de una cascada de agua lejana, al abrirlos, los rayos del sol se postran en mi, como un abrazo cálido, mi vestido, ligero y blanco, se contonea al vals del viento, mis pies, descalzos, sienten cada una de las raíces de una tierra húmeda que ha soportado hace poco una tormenta y que ha provocado un arco iris.
Hay pétalos que me rozan las rodillas, que me acarician provocándome una sonrisa, mientras me asombro ante un catálogo de colores que jamás se había reflejado en mis pupilas y me maravillo ante cada uno de las flores que rozo con la yema de mis dedos.
Ando despacio, ensimismada con una imagen que se que forma parte de mi imaginación, pero que es capaz de despertar una lágrima.
Y descubro un riachuelo que intuyo me llevaría a una cascada, jugueteo con mis manos provocando ondas en una agua clara y transparente, y me deshago del barro acumulado en mis pies.
Y con el agua rozando mis piernas, tumbada sobre una cama de flores, donde mi cuerpo anda perdido, respiro lentamente, y dentro mi sueño, sueño, que en un lugar así, existe la magia.
Se encienden las luces… Es hora de volver a casa.


martes, 14 de febrero de 2012

Contigo. ``El Desorden hecho Poesía´´

Observo atentamente tu mirada
y en el fondo de esos ojos, puedo ver.

Un horizonte infinito, un bosque, un mar,
un cascabel divino, una aurora boreal.

Sé que piensas que puedo estar ciega,
por algún complejo de princesa, y no.

Sé que piensas que soy una cuentacuentos,
con una flauta mágica llamada verso, y no.

Y es que la tinta que hoy dibuja y traza este amor,
es la sangre que golpea con fuerza mi corazón,
es el susurro de un viento al volar, es el agua de una
ola al naufragar, es el cielo que encontré estando contigo.

Acaricio con mi amor tus manos,
pensando, no lo quiero perder.

Te abrazo por todos los lados,
sin dejar un rastro de soledad.

Sé que piensas que puedo estar crónica
de alguna enfermedad eufórica y no.

Sé que piensas que soy una idealista nata
coleccionando sueños en una lata y no.

Y es que la sonrisa que me encandila de norte a sur,
es el precioso tesoro que encontré en tu baúl,
es el impulso de mi pies al andar, es el pulso que
me hace respirar, es el cielo que encontré estando contigo.

Es el susurro del viento al volar,
es el impulso de mis pies al andar,
es el cielo que encontré estando contigo.


Contigo. ``El Desorden Hecho Poesía´´
Rebeca Martín Benitez

miércoles, 25 de enero de 2012

Carta Cinco



Cierro los ojos y me vienen imágenes rodadas en círculos infinitos, y estas ahí, mirándome, y mi piel se eriza y un acongoje recorre mi cuerpo, no puedo describirlo, porque no puedo analizarlo.

Aún siento tus ojos negros, de una oscuridad implacable, capaz de traspasar cualquier alma, de remover sus virtudes para encontrar sus defectos, de encontrar aquello que para otros permanece en silencio.
Aún los siento, y cuando los recuerdo, cuando cierro los ojos y esa imagen estalla en este aplacado pecho, una lágrima brota en mi pómulo, constatando una vez más, que mis intentos furtivos por ser anti sentimental no sirven para nada.
Unas pocas horas, y todo desaparece, se consume como un cigarro olvidado en un cenicero, como unas caladas que drogaron mi corazón y que ahora se evaporan entre mis pulmones, aparcándose en un rincón de mi memoria.

Así es tu recuerdo, una proyección de un cine de verano, un escalofrío de un whisky con hielo, un anuncio con un mensaje subliminal, que de una informa involuntaria invade mi cabeza en los momentos mas inoportunos del día, para acrecentar mi deseo.
Y por más que intento olvidar esos ojos, el veneno que inyectaste recorre mi sangre, y por más que me deshago de tu sonrisa misteriosa, reciclándola en la basura barata del amor, soy incapaz de convertirla en cristal.
Así es la espera de una fantasía, así se comporta un cuerpo embriagado, postrado en la cama, mientras observa un rallo de luz que asoma de unas ventanas de acero, pues así es la angustia de tener la suficiente cordura para saber que tu sonrisa se difuminará.

Aún puedo recordar tus ojos, mirándome, atravesándome, grabados a fuego y permaneciendo inalterables, hasta que mi corazón acumule el tiempo necesario, para decidir que he arrancarlos de mi, como espinas enquistadas.


P.D. A ti...

martes, 24 de enero de 2012

Perfume




Si anduvieras descalzo, y en el camino chocaras con una brisa penetrante, con un novedoso perfume hasta hora desconocido, soy yo, pues llevo años a cuesta, en esta piel erizada, buscando el olor penetrante, que sea capaz de provocar el estallido.

Soy yo, quien he desechado orquídeas y rosas por encontrar el anexo perfecto, quien se fascina ante lo silvestre, perdida entre helechos oscuros y olivos gigantes, me rindo ante lo sencillo, pues solo entre dulces girasoles y saladas amapolas, mi intuición recobra el sentido.
Y aquí me tienes, buscando fragancias como busco palabras, borrando mentiras, acomodando verdades, usando metáforas para cifrar moralejas, curando heridas para sentirme amable.

Y mezclo olores como pensamientos, transportando mi mente a un estado eufórico, a un momento triste, a una situación paranormal que llene de empatía lo que añoro, lo que sueño, lo que ilusiona al ser humano, aquella simbiosis perfecta que nos revuelva las entrañas, que nos despierte del letargo.
Y he aprendido a dar baños de espuma a mi imaginación, a impedir que termine agotada entre la realidad y la desesperanza, a suavizarla con aceites esenciales, para que se amolde y nos hidrate, para que nos refresque la razón.

Así que si anduvieras descalzo, y en el camino la brisa te abrazará , respira profundo, pues soy yo, que susurro despacio para no asustar, que de tu imagen cree un sabor, y de tu caricia una palabra, y por cada segundo que cierro los ojos, he creado un perfume, que nos calme el escozor y que sacie nuestro alma.

miércoles, 11 de enero de 2012

Llover




El cansancio me consume,
se me han vuelto a romper
aquellos trozos de puzzle,
que dibujaban mi piel.

Mi espalda rozaba el suelo,
frío en la espina dorsal
el mismo escalofrío perpetuo,
el mismo siento, cuando te vas.

Lluvia que choca contra la ventana
como chocan nuestras palabras,
infectadas de veneno y rabia.

Lluvia que me atrapa en su sonido,
el mismo sonido ambiguo de tu voz,
el que cerró la puerta con sus gritos
el que la abre pidiendo perdón.

Dime que es lo que puedo inventar
para que deje de llover,
dime que es lo que puedo soñar
para que deje de doler.

Recogiendo las piezas de este corazón,
las sonrisas se pierden y se destruye tu olor.

Llueve en esta habitación, llueve en todas
aquellas miradas que olvidaron el amor