Mentes Desordenadas

Abrid la puerta y pasad. Estáis en un lugar donde podéis expresaros de una forma diferente. No hace falta que cobre lógica o tenga sentido, mis pensamientos se contradicen entre ellos librando constante batallas. Si deseas sentir, leer algo que no este carcomido por el interés o simplemente escuchar, da un paso y deja de razonarlo todo. Te invito a mi mundo desordenado, donde encontrarás pensamientos que perdiste bajo la cama de tu mente, sueños escondidos entre las páginas de algún libro y el impulso de una boca entreabierta, que aún no encontró su palabra. Bienvenido.

martes, 22 de noviembre de 2011

Miradas entrelazadas

Se entrelazan las miradas
sin querer,
hay un hueco en las gargantas,
es el pánico a decirte
que me encantas.

Un murmullo se convierte
en espiral,
sobran espacios en el silencio,
no encuentro la palabra
ni el reflejo.

Caminas despacio a escondidas,
entre gestos despiertos,
que analizo tras un roto cristal.

Huye el vaho de cada silaba
entonada,
noto un sueño helado en la espalda,
que recorre cada piel
de mis entrañas.

Que espera atento
el momento ecuánime para estallar.

Cabalgas entre caballos que lucen collar,
entre arañas que no saben tejer,
entre fuegos imbatibles, que estoy
dispuesta a sofocar o encender.

Se entrelazan las sonrisas
sin querer,
hay un brillo en mi mirada,
es el pánico a decirte
que me encantas.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Ángel




Trás las cortinas
de ventanas manchadas,
corre un ángel
esquivando tejados.

En la cornisa
apoyadas sus manos,
perdió sus alas
pues pactó con el diablo.

El quería ser humano,
sentir en su sangre el instinto
recorrer mil camas de noche,
beber hasta perder el sentido.

Trás la miradas
de personas atónitas,
huye desnudo
saltando entre gritos.

En sus rodillas
se acumulan cicatrices,
heridas abiertas
que sin querer se repiten.

El quería cometer fallos,
sentir el amor en sus propios huesos,
dormir deprisa, soñar despacio,
conocer sus virtudes y defectos.

Cuenta la leyenda
que bailó en suelo nevado,
y al resbalar de la azotea
quedo agarrado a un guijarro.

Dicen, que cerró
los ojos pidiendo auxilio,
aterrado, anhelaba sus alas.
Que el Diablo apareció y le dijo:
`` El humano nunca fue divino
y por eso, tu le envidiabas´´

Tras las cortinas
de ventanas manchadas,
yace el cuerpo de un ángel,
sonríe, con la cara iluminada
con las manos llenas de sangre.

Recuerda lo que sentía al amar,
al soñar, al tener hambre,
sonríe porque llegó a ser hombre,
sonríe porque vuelve a elevarse
.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Cierro los ojos

Cierro los ojos.
Hoy no voy a llorar.
Puedo contenerme, me suplico.
Y aprieto fuertemente los párpados.
Y mi alma se escapa en un suspiro.

Me engaño.
No vayas a mirar atrás.
Puedes hacerlo, me susurro.
Y mi cuerpo se deshace en cenizas.
Y mi corazón se reprime en murmullos.

Y estallo.

Mi propia conciencia me atormenta,
mis manos, temblorosas, se abrazan
la una a la otra, sujetándose.

Ilusa, arisca y terca.
Mi firmeza esta tambaleándose,
y agacho la cabeza,
por miedo a reprimenda.

No aguanto más,
huyo como el aire en la ventana,
busco un rincón donde agacharme,
y deshecho cada una de mis lágrimas.

Y no sé, lo admito, lo sé.
Me pueden el miedo y las dudas,
la cobardía me persigue,
el desierto me atrapa en sus dunas.

Me angustia, me acribilla a preguntas,
¿has hecho lo correcto?
¿te sientas, te tumbas, renuncias?.

Y yo busco la respuesta en mis venas.
Hago lo que puedo, lo que puede mi ceguera.

Solo puedo enterrar este dolor,
amordazarlo para que no nos embriague.
Solo quiero lo mejor para los dos,
una verdad que nos rescate.

Cierro los ojos.
Necesito llorar.
Sabes que te duele, me recrimino.
Y mi ojos se ahogan en el mar.
Y mi tristeza se duerme conmigo.