Mentes Desordenadas

Abrid la puerta y pasad. Estáis en un lugar donde podéis expresaros de una forma diferente. No hace falta que cobre lógica o tenga sentido, mis pensamientos se contradicen entre ellos librando constante batallas. Si deseas sentir, leer algo que no este carcomido por el interés o simplemente escuchar, da un paso y deja de razonarlo todo. Te invito a mi mundo desordenado, donde encontrarás pensamientos que perdiste bajo la cama de tu mente, sueños escondidos entre las páginas de algún libro y el impulso de una boca entreabierta, que aún no encontró su palabra. Bienvenido.

viernes, 24 de agosto de 2012

Pasado Imperfecto


Pasado imperfecto,

como conjugación obcecada

de un ambiguo relato,

que ahora escribo y repito,

sin poder estudiar.



No sé conjugarlo

y me paso las noches haciendo

ejercicios, añadiendo sufijos,

ensayando en voz alta,

lo que aprendí de memoria

y no pude cambiar.



Ortografía indebida,

palabras obscenas sin acentos correctos,

que hacen de una frase, el antónimo

más grande, que nadie dijo jamás.



Predicados sin verbo,

sujetos perdidos que buscan un hecho,

el eslabón escondido entre nombres

y anexos, al que llaman Amar.



miércoles, 22 de agosto de 2012

Auto Operación


Apoyo mi espalda en la camilla,
mientras busco el material quirúrgico,
brota la anestesia en mis costillas
me aproximo al momento místico.

Entre la conciencia y el éxtasis
introduzco el índice en mi herida,
no sé si duermo o sufro parálisis,
supura la infección de mi vida.

Se derraman las lágrimas,
mientras confundo el acongojo
con el desvanecimiento,
y busco una aguja,
capaz de atravesar el miedo.

Curadas mis llagas y cerrados mis cortes,
la tirantez de la costura me impide moverme.
No escuece, no existen brotes,
la narcosis se desvanece,
el dolor ocupa su espacio.

El fluorescente atraviesa mis pupilas,
incorporo mi cuerpo y resbalo en el cuarto.
La cura me fustiga,
soy incapaz de dar un paso.

Apoyo de nuevo mi espalda,
apuro el tiempo en letargo,
me deshago de cada uno de mis puntos,
mientras el aire recorre mis llagas,
y apago la luz del pasillo
que me persigue como un fantasma sin rumbo.

Que me duelan hasta escocer, pienso,
pues soy un cuerpo libre lleno de marcas.
Y mi auto quirófano se llena de sueños,
de relámpagos que abren ventanas.