Mentes Desordenadas

Abrid la puerta y pasad. Estáis en un lugar donde podéis expresaros de una forma diferente. No hace falta que cobre lógica o tenga sentido, mis pensamientos se contradicen entre ellos librando constante batallas. Si deseas sentir, leer algo que no este carcomido por el interés o simplemente escuchar, da un paso y deja de razonarlo todo. Te invito a mi mundo desordenado, donde encontrarás pensamientos que perdiste bajo la cama de tu mente, sueños escondidos entre las páginas de algún libro y el impulso de una boca entreabierta, que aún no encontró su palabra. Bienvenido.

miércoles, 20 de abril de 2011

Carta Cuatro

Tal vez si el mundo se parara, tendría el valor suficiente para ir a buscarte, para simplificar cada indecisión que golpea mi cabeza como lo hace un martillo contra la pared, introduciendo a presión ideas como clavos, que en realidad no quiero amontonar en mi cabeza.
Me imagino en el espejo como una estatua tallada en mármol, que permanece pasiva en cada batalla, mostrando el mismo gesto y la misma postura, recubierta de un material que nadie puede romper, alzando la cabeza como símbolo de orgullo, y sin embargo, tan solo soy una figura de barro, moldeada por cada experiencia que me regaló esta vida, por cada camino que elegí, dudando.
Lo he intentado, de corazón, abrí el cajón de mi cómoda buscando aquel saco que rebosaba monedas para apostar por la gente, para afianzar mi fe en ellas.
Las fui perdiendo, a veces de una en una, y otras mis puños se abrieron para dejar caer los montones que aposté sobre el fuego.
No me culpes de coleccionar las pocas que me quedan, de esconderlas como si fueran un tesoro, pues lo son, son los últimos cartuchos de esperanza, que no puedo disparar contra el aire.

Apunto maneras egoístas, que me obligan a la introversión, al aislamiento de lo que me hace débil, me corrijo a mi misma, evitando hablar de lo que siento, cuando estay sola, cuando miro el cielo sin pensar en nada, cuando cierro los ojos y desecho una lágrima.

Solo quiero liberarte de la esclavitud a la que te someten mis caretas, las que desmoronan tu juicio, te sacan de quicio y nunca comentas. Solo quiero mostrarte la verdad que trato de esconder por miedo a perderla.

Olvídate del escultor, del orfebre, de los tapices que decoran mi fachada, olvida aquello que moldea la arcilla de mi piel, corre las cortinas, esta soy yo, tan solo, lo que ves.
No soy fuerte, ni valiente, la cabeza que con tanto orgullo levanto cuando estás, agacha su soberbia cuando no me miras. Esta mirada que petrifica cuando la rabia me condena, se empaña cuando se cierra. No soy distante, ni corriente, no soy honorable, no soy perfecta.

Bailemos un tango, mi corazón solo desea ponerse de puntillas hasta dejar de rozar el suelo, volar agarrado a tu mano, comprobar que todo va bien.
Te invito a una copa de vino, prometo acallar mi mente, sonreír a menudo y hablarte con la embriaguez de mi cordura.
Prometo olvidar los disfraces, caminar descalza, abrazarte fuerte y no soltarte nunca.

4 comentarios:

  1. Rebe, cada vez me emociona más y más tus líneas tan maravillosas, tan perfectamente escritas, tan llenas de verdades, de sentimientos profundos...rompe con los sentimientos que no existen.....increiblemente buena...

    soy tu fan....

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  2. Muy buena , si señor
    Un besote guapa
    disfruta mucho del viaje ;)
    muaksss

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  3. Muy bonito Rebe, ahora a disfrutar de las vacas. Muaks.

    Toledo.

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