Vivo en un Saco

Cada persona que ha pasado por mi vida, cada frase, cada canción que un día me regalaron, cada situación, cada ilusión que he tenido y ha recorrido largos caminos para verse cumplida, o para fracasar, forma parte de mi.
Cada sueño, cada instante que decidí tumbarme en la cama para llorar, o sonreír al ver el sol en mi ventana, cada una de las veces que he caminado descalza y estirado los brazos para que me rozara el aire, hacen que yo, sea yo.
Como un invernadero azotado de vapor y de calor apenas soportable, lleno de miles de plantas, y cientos de flores de muchas especies, eso soy yo. Una mezcla incomprensible.

Cada palabra que he escrito, cada verso, cada cuento, reflejan todo lo que he vivido, todo lo que he querido contar de gente que he conocido, aquello que nunca viví ni conocí pero se gozaba de mi fantasía, ilusiones y desengaños. Cada momento que cierro los ojos para que me golpee un pensamiento. Esa soy yo.

Por eso siempre he utilizado la palabra saco para describir muchos aspectos míos, donde hay cabida para miles de sueño, donde guardo en el miles de historias vividas que jamás nadie sabrá interpretar. Y por eso, y aunque sea egocéntrico, hoy quiero dedicarme esta canción.

Yo vivo en mi saquito, en mi mundo, donde la gente entra de visita pero nunca decide quedarse, donde puedes sentarte en el sofá e intentar comprender algo de la decoración para tomarte un té y volver a tu casa.
Un saquito en el que permanezco encerrada. A veces asomo la cabecita, para comprobar con mis ojos el mundo que me rodea, pero como no entiendo nada, como soy una especie aparte, decido volver y cerrar con la cuerda que lo ata. Tumbarme en el sofá de visitas, porque estoy agotada de tanto pensar.

Hoy me dedico esta canción a mi, y a todas las palabras que he escrito a lo largo de mi vida, a todas alegrías e ilusiones, a mis versos, a todas mis conversaciones que mantengo en alto con alguien imaginario, a todas mis espinas.

No soy un robot tengo corazón, mi reloj son el sol y las horas, no soy un robot enchufado a los tiempo que corren. No soy un cabrón, ni un predicador, no juego a faroles, y si palmo, palmo, dicen que estoy acabado, pues podría ser que si...

Y gritaré:

Vivo en un saco pegado al suelo, vivo en un saco lleno de trastos y cuando salgo entonces pienso mejor me quedo.

Vivo en un saco pegado al suelo, vivo en un saco lleno de trastos y cuando salgo entonces pienso mejor me callo.