Yo no buscaba en ti
un amor eterno,
ni que fueras el hombre de mi vida
ni compartir mis absurdos momentos
ni que solucionaras mis grises días.
Yo rompí mis esquemas hace mucho
dejando atrás, los sueños de princesa,
empezando con otros nuevos,
donde la niña bonita y dócil,
empuña la espada como una guerrera.
Yo no buscaba un te quiero,
ni cuatro estrofas mal puestas,
tan solo algunas noches de gozo,
unos abrazos sinceros,
un innegociable respeto,
a este envoltorio de huellas,
a este alma sin presupuesto,
sin precio de compra, ni venta.