Mentes Desordenadas

Abrid la puerta y pasad. Estáis en un lugar donde podéis expresaros de una forma diferente. No hace falta que cobre lógica o tenga sentido, mis pensamientos se contradicen entre ellos librando constante batallas. Si deseas sentir, leer algo que no este carcomido por el interés o simplemente escuchar, da un paso y deja de razonarlo todo. Te invito a mi mundo desordenado, donde encontrarás pensamientos que perdiste bajo la cama de tu mente, sueños escondidos entre las páginas de algún libro y el impulso de una boca entreabierta, que aún no encontró su palabra. Bienvenido.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Cierro los ojos

Cierro los ojos.
Hoy no voy a llorar.
Puedo contenerme, me suplico.
Y aprieto fuertemente los párpados.
Y mi alma se escapa en un suspiro.

Me engaño.
No vayas a mirar atrás.
Puedes hacerlo, me susurro.
Y mi cuerpo se deshace en cenizas.
Y mi corazón se reprime en murmullos.

Y estallo.

Mi propia conciencia me atormenta,
mis manos, temblorosas, se abrazan
la una a la otra, sujetándose.

Ilusa, arisca y terca.
Mi firmeza esta tambaleándose,
y agacho la cabeza,
por miedo a reprimenda.

No aguanto más,
huyo como el aire en la ventana,
busco un rincón donde agacharme,
y deshecho cada una de mis lágrimas.

Y no sé, lo admito, lo sé.
Me pueden el miedo y las dudas,
la cobardía me persigue,
el desierto me atrapa en sus dunas.

Me angustia, me acribilla a preguntas,
¿has hecho lo correcto?
¿te sientas, te tumbas, renuncias?.

Y yo busco la respuesta en mis venas.
Hago lo que puedo, lo que puede mi ceguera.

Solo puedo enterrar este dolor,
amordazarlo para que no nos embriague.
Solo quiero lo mejor para los dos,
una verdad que nos rescate.

Cierro los ojos.
Necesito llorar.
Sabes que te duele, me recrimino.
Y mi ojos se ahogan en el mar.
Y mi tristeza se duerme conmigo.

1 comentario: